domingo, 13 de abril de 2014

Borges y Ajedrez, entrevista Agustín Romano por Martín Butera

AGUSTÍN ROMANO (1940, San Fernando, Provincia de Buenos Aires). Profesor en Filosofía, ensayista, narrador, estudioso del teatro, investigador de la obra borgeana, docente filosófico y literario y teórico de la literatura. Ha dictado Seminarios de pos grado sobre “El mito de Edipo y Antígona” y “La Carta Robada” de E. A. Poe en el Istituto Liaison, además de cursos sobre Borges y Cortázar en la Escuela de Magistrados de la Nación. También ha dado conferencias y seminarios en el Palacio Municipal, el Museo Rosas y la Casa Universitaria de General San Martín. Recientemente ha dado una conferencia “El género policial. Las innovaciones Bioy, Borges y GuillermoMartínez” en la Sociedad Mutual de Profesionales del Hospital Italiano, en cuya revista publica artículos y ensayos. En el año einsteniano (2005) disertó como panelista en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Ha sido jurado junto a Mara Rosa Lojo y Marta Braier del Primer Certamen Nacional de Novela “Municipalidad de Gral. San Martín”. Es coordinador en colaboración del Taller Literario Abierto SESAM. Es presidente de esta institución y director de su revista. Desde hace más de 15 años conduce programas culturales en emisoras de San Martín y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FM Cultura y AM Tradición). Ha publicado “La letra que faltaba” en la revista Para entender a Borges y otros ensayos en que se fusionan la ficción han sido publicados en Dialogantes (Revista de psicoanálisis): “Confesiones de un lector de Borges”; “Una rosa es igual a otra rosa, a otra rosa, a otra rosa...”; “La patria kafkiana”; “El tiempo cero, algo de historia y un poco de Joyce” Roberto Arlt y la Biblia del infierno Tiene inédita una novela. Como teórico de la literatura ha publicado “Para una teoría estocástica del Relato”

Camara: Mark Van Marx














I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?